El matrimonio de conveniencia de Ortega con la evangelización cristiana en Nicaragua
Los sionistas cristianos autoproclamados están en desacuerdo con la política israelí del país de cara al público
El artículo de esta semana es de Mark Alexander, activista y escritor nicaragüense.
En 2019, me encontraba en un bus que se dirigía de la costa caribeña de Nicaragua a la capital. El viaje de Bluefields a Managua dura unas 6 horas, así que elegí el último asiento del bus para evitar la incomodidad de que la gente chocara conmigo al subir y bajar durante las paradas. Los turistas se refieren a estos vehículos como "chicken buses" y no son la opción más cómoda para alguien de más de 1,80 m como yo, ya que fueron diseñados para transportar estudiantes.
Mientras contemplaba el hermoso paisaje por la ventanilla del bus, una persona sentada a mi lado me preguntó: "¿Crees en Dios?".
Le respondí con una sonrisa: "Bueno, me crié en una iglesia, creo en Dios. No creo en la religión organizada, aunque mi padre era pastor". La persona me miró con esa expresión de decepción a la que ya me he acostumbrado e incluso disfruto. Luego pasé a expresar mi disgusto por la falta de respuesta de la iglesia evangélica a la violencia gubernamental en el país y a la violencia de los colonos en el Caribe.
Unas horas después, el bus hizo la parada habitual en un restaurante donde los pasajeros pueden comprar comida, estirarse o utilizar los baños. Cuando el bus estaba casi vacío, un joven se me acercó y me dijo en un susurro: "tené cuidado con lo que les decís, ellos son grandes partidarios del FSLN [el partido gobernante de Nicaragua]".
Resultó que viajaban a Managua para asistir a una convención con otros pastores evangélicos.
Las ONG, iglesias y misioneros nicaragüenses dependen de la autorización del gobierno, por lo que no me sorprendió que esta iglesia evangélica en particular -la Iglesia Cristiana Sionista- haya guardado silencio o participado en la continua brutalidad y genocidio cometidos por los colonos contra los pueblos indígenas de la costa caribeña de Nicaragua.
"La gente olvida que el sionismo fue un proyecto cristiano evangélico antes que judío. Tenemos que centrarnos en ello. Tenemos que afrontarlo". - Ilan Pappé
El sionismo cristiano se remonta al menos a 400 años atrás y está vinculado a la creencia bíblica de que cuando el pueblo judío regrese a su patria se iniciará el fin de los tiempos y el regreso de Cristo.
El cristianismo evangélico ha abrazado en gran medida esta creencia, lo que ha llevado a muchos a apoyar incondicionalmente a Israel en los tiempos modernos, sobre todo en Estados Unidos, donde nació el evangelismo moderno.
En las últimas décadas, las iglesias evangélicas de Nicaragua se han expandido rápidamente. En una entrevista con la Christian Broadcasting Network (CBN) en 2016, líderes evangélicos afirmaron que más de la mitad del país se identifica como evangélico, en lugar de católico.
El sionista cristiano Ralph Drollinger, fundador de Capitol Ministries, fue invitado por el gobierno nicaragüense a hablar en 2019 sobre su intención de establecer una nueva escuela cristiana en Managua con el objetivo de "enseñar la palabra de Dios a los líderes nacionales dentro de los pasillos del gobierno". Daniel Ortega invitó a Drollinger a dirigirse a la asamblea de la celebración de los 40 años de la revolución sandinista. Capitol Ministries dirige "ministerios de estudios bíblicos" en al menos 24 países. Drollinger también dirigió un grupo de estudio Bíblico dentro de la administración Trump.
Otra influyente organización sionista cristiana, la Asociación Evangelística Billy Graham, informó en agosto de 2023 que 24.000 personas asistieron a un "festival familiar" de dos días que organizaron en Matagalpa, una ciudad de sólo 163.700 habitantes.
Uno de los principales efectos del crecimiento de la iglesia evangélica ha sido que, en general, la mayoría de los nicaragüenses apoyan a Israel o creen en la descripción que hacen los medios de comunicación de este conflicto como uno entre Israel y Hamás. Por toda Nicaragua se pueden ver banderas israelíes y la estrella de David en todo tipo de objetos, desde joyas hasta vallas publicitarias y quioscos.
Mientras Israel sigue intentando exterminar al pueblo palestino, es crucial tener en cuenta que uno de los mayores aliados de Israel en América Latina es la iglesia evangélica.
En un artículo del Jewish Policy Center, una publicación sionista, Mark Klugmann escribió:
"La megatendencia más importante en la inclinación de América Latina hacia Jerusalén es el auge de las iglesias evangélicas protestantes. Por ejemplo, tanto Honduras como Guatemala son mayoritariamente evangélicas, y para el presidente Jair Bolsonaro en Brasil, el apoyo evangélico fue esencial para su victoria". El interés de la República Dominicana por Jerusalén no se explica por el puñado de judíos que hay en ese país, sino por el apoyo de un activo electorado cristiano. Los evangélicos, apenas el 3 por ciento de América Latina en 1990, son ahora, según algunas estimaciones, el 20 por ciento, y puede que incluso más que eso."
Nicaragua utiliza Palestina para ocultar sus propias atrocidades
Cuando el gobierno de Nicaragua restableció los lazos diplomáticos con Israel en 2017, los pastores evangélicos lo celebraron. En abril del siguiente año, se desató un levantamiento nacional en el que los manifestantes exigían la renuncia del dictador Daniel Ortega.
El gobierno de Nicaragua, en su intento de reprimir las protestas, cometió una serie de atrocidades utilizando la brutal represión policial, con la ayuda de la "Juventud Sandinista" [personas vinculadas a la iglesia evangélica].
Otra de las respuestas por parte del FSLN, ante las manifestaciones, fue una campaña mundial de propaganda denominada "Nicaragua Quiere Paz".
Las cuentas de Twitter que apoyaban al gobierno nicaragüense compartían con frecuencia una foto de la activista palestina Ahed Tamimi con un cartel que decía: "Quiero la paz para Nicaragua." Irónicamente, mientras se utilizaba figuras palestinas para su campaña de relaciones públicas, el gobierno sandinista espiaba a los activistas utilizando tecnología israelí.
En febrero de 2024, el gobierno de Ortega anunció que creaba el Parque Palestina y rebautizaba una calle con el nombre de "Gaza" en solidaridad con el pueblo palestino. Muchos activistas palestinos se alegraron cuando el gobierno dijo más tarde que solicitaría participar en la acción contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). El gobierno de Ortega parece encantado de apoyar a Sudáfrica desatando la fiera mansa de la ley internacional contra Israel, mientras devora a sus víctimas en Nicaragua.
Aunque el FSLN pretende apoyar a Palestina, el partido depende del silencio y la colaboración de la iglesia evangélica. Los sacerdotes católicos que inesperadamente apoyaron las protestas durante el levantamiento del 2018, han sido perseguidos y exiliados por la dictadura de Ortega, que proporciona apoyo financiero a los grupos evangélicos y, a cambio, los pastores evangélicos describen a Daniel Ortega como una víctima del "poder imperial" estadounidense.
La postura pro palestina del FSLN fomenta la tensión entre los partidarios evangélicos y la oposición por igual. Para quienes están dispuestos a arriesgarse a criticar al gobierno, la postura pública de Ortega a favor de Palestina delata el apoyo público a Israel, un sentimiento reaccionario del tipo "el amigo de mi enemigo es mi enemigo". Por ejemplo, el difunto presidente venezolano Hugo Chávez, es visto como cómplice de la opresión del pueblo de Nicaragua debido al apoyo político y financiero hacia Daniel Ortega.
Mientras que los propagandistas y los que quieren oprimir intentan difuminar la línea entre colonizadores y colonizados, es nuestro deber colectivo actuar con claridad y denunciar la brutalidad donde sea que se produzca.