La defensa del medio ambiente no es una decisión personal. La sociedad misma debe volverse ambientalista si esperamos sobrevivir" - una conversación con Francia Márquez
Conozca a la activista que quiere desafiar el statu quo y construir una nueva sociedad sostenible desde la vicepresidencia de Colombia
Tuvimos el honor de hablar con la reconocida activista ambiental y candidata a la vicepresidencia Francia Márquez sobre los peligros de ser defensora de la tierra en Colombia, lo que depara el futuro para los desafíos ambientales en Colombia y lo que haría si llega al segundo cargo político más alto en el país en las elecciones del domingo.
La siguiente correspondencia fue obtenida como parte de una investigación periodística para la revista Sierra, pero creemos que vale la pena publicarla en su totalidad.
Pirate Wire Services: Colombia es el país más peligroso para ser defensor del medio ambiente. Ud como lideresa, que ha enfrentado atentados y amenazas, cómo cree que se puede hacerle frente desde el Gobierno para contrarrestar estos riesgos?
Márquez: Todo está encadenado con todo, sin justicia no hay paz, sin paz no hay tranquilidad y respeto. Dicen que cuando dos elefantes pelean el que sufre es el pasto, y esto es cierto. Si la guerra sigue todos los demás y la naturaleza somos como el pasto, se nos pisotea y los elefantes ni cuenta se dan. Entonces parar la guerra es lo primero. Y luego hay que mirar cómo se distribuye mejor el producto económico de la nación, cómo atendemos las demandas sociales, cómo atendemos las necesidades esenciales de la población. Erradicar el hambre, erradicar el analfabetismo y el desempleo, erradicar las enfermedades prevenibles y tener una sociedad más sana y sabia, son los retos. Así se disminuyen las vulnerabilidades y se evitan riesgos. Y solo así podremos estar preparados como sociedad para enfrentar los grandes retos globales que nos plantean la crisis climática y de destrucción de la biodiversidad. Para que haya menos riesgos para los defensores de la naturaleza, toda la sociedad debe ser defensora de la naturaleza.
PWS: ¿Por qué decidió convertirse en defensora del medio ambiente?
Márquez: La defensa del medio ambiente no es una decisión personal. Es parte de la cultura y las estrategias de sobrevivencia de los pueblos. Mis ancestros africanos trajeron a América mucho de su sabiduría; acá no llegaron solo cuerpos esclavizados, también llegaron espíritus libres y creativos; las mujeres llegaron con sus semillas enredadas en los cabellos; hombres y mujeres llegaron con sus habilidades mineras, agrícolas, médicas, espirituales. Sobrevivir en condiciones de esclavitud, sobrevivir en mundos de opresión, sobrevivir en geografías extrañas, requirió mucha imaginación y creatividad y saber conservar los medios de vida. El cuidado de la naturaleza, de las semillas, de las aguas, de la medicina herbolaria, de los sonidos rituales y musicales, de los alimentos y las formas de preparación es sabiduría del cuidado del medio ambiente y de la comunidad. Nuestro ambientalismo no es solo cuidado de la naturaleza, es cuidado de la comunidad y cuidado de la cultura.
Entonces que algunos reconozcan que eso es ser defensor del medio ambiente, es un asunto de que la sociedad está viendo que lo que hemos hecho como culturas los pueblos ancestrales también constituyen respuestas para los desafíos ambientales de la actualidad. El cambio es de la sociedad y de los valores que hoy la sociedad reconoce. Yo no me hice ambientalista. La sociedad se está haciendo ambientalista, los jóvenes y las mujeres se están haciendo ambientalistas, hasta las empresas se están haciendo ambientalistas. Ojalá sea un cambio rápido porque los problemas no dan espera.
PWS: Desde vicepresidencia, ¿Qué haría para continuar esta lucha?
Márquez: Lo que haría es propiciar que esos cambios de valores, que esa ética del cuidado de la vida se expanda a toda la sociedad. Que la sociedad aprenda y pueda vivir sabroso. Entonces necesitamos que haya más semillas, mejores prácticas agropecuarias, mas cuidado de las selvas y de los seres que las habitan, más cuidado de las aguas y de la vida que alberga. Para eso necesitamos que haya más justicia social, más justicia ambiental, más justicia racial, más justicia de genero. Y todo ello es posible si nos declaramos en un proceso profundo de construcción de paz. Hacer las paces es el primer y más importante reto. Porque qué tal que ganemos las elecciones y los actores de la guerra se les aade por no dejar gobernar. Pues todo se nos iría en meras ilusiones. Hay que hacer las paces. Ese es nuestro primer compromiso y luego cumplir los acuerdos para que esas paces sean una realidad.