Lo que hay detrás de la pelea de Petro con Israel
La explicación no es sencilla, pero probablemente tampoco sea la que usted espera
Bogotá, Colombia—Una guerra de palabras en Internet durante el fin de semana dio lugar a que uno de los aliados más antiguos de Colombia, Israel, prometiera cortar las exportaciones de seguridad, una amenaza nada desdeñable para una nación cuyas fuerzas armadas dependen casi exclusivamente de ese país para obtener armas pequeñas, aviones y herramientas de espionaje.
Petro se ha mostrado cada vez más crítico con las respuestas israelíes a un devastador y sangriento ataque perpetrado por Hamás en el que murieron más de 1.200 personas. Ha comparado el asedio sobre Gaza, que ha incluido bombardeos masivos sobre zonas civiles, con las acciones de la Alemania nazi, comentarios que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel calificó de "antisemitas" y "agresivos" que, según ellos, "amenazarán la seguridad de la comunidad judía en el país".
Colombia es uno de los socios más cercanos a Israel en la región, entonces, ¿qué significa una eventual ruptura en las relaciones diplomáticas para las fuerzas armadas colombianas? ¿Por qué tantos seguidores del gobierno lo han acompañado en esa posición?
No faltan periodistas sobre el terreno en Israel (y varios de ellos han sido asesinados tratando de documentar lo que está sucediendo), y en PWS no queremos detenernos en las condiciones sobre el terreno allí, eso lo dejamos a nuestros colegas que se están arriesgando para traerte las historias.
Pero una mirada más atenta a cómo se ve el conflicto palestino-israelí en gran parte de América Latina -y especialmente en Colombia- merece un examen más detenido.
Las fuerzas de seguridad colombianas dependen de las armas israelíes
Las armas pequeñas de diseño israelí son el equipamiento estándar de los soldados colombianos. La fabricación del fusil Galil, en particular, ha sido un punto crucial en la relación armamentística entre ambos Estados. Pero la dependencia de Colombia a Israel se extiende a otros aspectos de la seguridad, como equipamiento militar, aviación, artillería pesada y el entrenamiento en operaciones especiales.
El fusil Galil, de origen israelí, es utilizado por todas las ramas de las fuerzas armadas colombianas. Tan importante aes su uso que Colombia consiguió que Israel proporcionara la patente para fabricarlo a través del fabricante estatal colombiano Indumil.
Si se suspendieran las exportaciones de seguridad, la capacidad de producción de estos fusiles se vería comprometida, no sólo por los permisos que permiten su producción sino también porque muchas de las piezas vienen directamente de Israel antes de ser ensambladas en Colombia. Además, Indumil también produce pistolas, explosivos y armas antidisturbios de diseño israelí.
La munición de las armas pequeñas está estandarizada y es fácil de reemplazar, pero a medio plazo tendrían que sustituir las armas por compras a otros paises. El único avión de combate en servicio en Colombia es el caza/bombardero Kfir de producción israelí, que se utilizó ampliamente en los 90’s en contra de las FARC. Colombia también compra baterías antiaéreas, misiles y armas antiblindaje de producción israelí.
Algunos expertos militares han señalado que, aunque estas armas no serían difíciles de sustituir a medio plazo, hacerlo exigiría nuevo entrenamiento a pilotos y soldados para utilizarlas. Sin embargo, adicional al armamento militar, Colombia importa una importante cantidad de tecnología de vigilancia y espionaje, incluso el software Pegasus, lo que han sido utilizados por los militares en varias operaciones ilegales de vigilancia de políticos, periodistas y activistas.
Las ramas militares de los dos países mantienen desde hace tiempo una relación estrecha y amistosa. Pero para un político como Petro -el primer izquierdista de la historia moderna que gobierna el país y antiguo guerrillero del grupo insurgente M19- la historia política entre los dos países es más compleja y, desde su punto de vista, preocupante.