¿Un secuestro demasiado lejos?
El ELN promete liberar al padre del emblemático futbolista, pero ¿ha quebrado ya la paz?
El sábado pasado, los padres del futbolista del Liverpool Luis Díaz fueron interceptados por pistoleros armados en motos en La Guajira, al noreste de Colombia. Los hombres armados se llevaron a sus padres, Cilenis Marulanda y Luis Manuel Díaz, y huyeron hacia el desierto montañoso que se extiende a lo largo de la frontera con Venezuela.
Marulanda fue liberado más tarde por los secuestradores como la policía cerró, pero el mayor Díaz sigue desaparecido, y presumiblemente bajo la custodia de los que se lo llevaron por la fuerza.
En los días siguientes, cientos de policías desplegaron la localidad de Barrancas, donde se produjo el secuestro. Inicialmente culparon a bandas locales, pero el jueves el gobierno colombiano culpó a una unidad del grupo rebelde el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y exigió su liberación.
Ese mismo día, el ELN prometió liberar a Díaz en cuestión de días.
El gobierno colombiano y el ELN, tras casi un año de negociaciones, firmaron en agosto un alto el fuego de 6 meses.
La historia ha capturado la imaginación pública y ha dominado los titulares en el país, donde el fútbol es una pasión nacional y Díaz es una figura muy querida. Pero más allá de la resonancia cultural de un futbolista icónico, el incidente también representa una grave amenaza para los planes de "Paz Total" del Presidente Gustavo Petro para el país, que implican negociar directamente con los grupos armados criminales a cambio de su eventual desarme.
El ELN no tiene una estructura de mando claramente jerarquizada, y cada "frente" opera con cierto grado de autonomía regional. Los comentarios públicos de los representantes del ELN, aunque no lo dijeron abiertamente, sugieren que el secuestro es un lapsus de disciplina y no una decisión vertical de los altos mandos.
Sin embargo, Carlos Velandia, un ex comandante del ELN que ha trabajado como asesor informal del gobierno durante el proceso de negociación, calificó el secuestro como "un acto de la mayor gravedad posible a la luz del cese al fuego bilateral entre el gobierno y el ELN", no sólo porque representa una violación de los protocolos de cese al fuego y por razones básicas de derechos humanos, sino también porque el acto "no sirve a ningún propósito de negociación, y pone en peligro los procesos de paz en curso".
"Esto ejerce una intensa presión sobre un delicado hilo que podría romperse en cualquier momento", dijo, refiriéndose a esos procesos.
Las anteriores negociaciones entre el Gobierno y el ELN han fracasado en cinco ocasiones, la última en 2019, después de que el ELN bombardeara una academia de policía en Bogotá en un ataque en el que murieron 21 personas y decenas más resultaron heridas.
La violencia en las zonas rurales está aumentando, una continuación de una tendencia que comenzó con el ex presidente Iván Duque y que Petro ha sido aparentemente incapaz de detener. Se han producido 76 masacres en lo que va de año, y los secuestros también están aumentando, con un incremento del 70% en los primeros 9 meses de 2023 en comparación con el mismo periodo del año anterior.
El aumento ha evocado oscuros recuerdos en Colombia de la guerra civil, cuando los secuestros para obtener rescate eran habituales y una parte importante de la forma en que los grupos armados criminales financiaban sus actividades.
Hasta el momento, el gobierno no ha suspendido las conversaciones con el ELN, pero muchos expertos lo consideran una clara posibilidad. El tema de los secuestros en concreto fue un punto álgido en los días previos al alto el fuego de agosto, ya que los negociadores del ELN sugirieron en su momento que no se prohibirían específicamente en los protocolos acordados.
El gobierno rechazó enérgicamente esa afirmación, pero según la experta andina de International Crisis Group Elizabeth Dickinson los documentos firmados por ambas partes no son claros al respecto.
El secuestro por parte del ELN ha suscitado ira popular contra el grupo rebelde, así como críticas a Petro por parte de sus detractores. Petro ha visto caer sus cifras de aprobación en los últimos meses y su coalición sufrió una estrepitosa derrota en las elecciones locales de la semana pasada.
Es probable que este secuestro aumente el descontento en las regiones asoladas por el conflicto, a medida que los habitantes de las zonas rurales se sientan frustrados por la falta de progreso en "Paz Total".
"El ELN hoy es responsable de la vida del padre de Luis Díaz", dijo el presidente Petro desde Washington, donde asiste a una cumbre regional. "Han realizado un acto que va en contra del propio proceso de paz. Expreso mi más profundo rechazo"
La delegación de paz del gobierno a cargo de las negociaciones con el grupo rebelde exigió el viernes la liberación de Díaz y advirtió que llevará el caso ante el Mecanismo de Monitoreo y Verificación del cese al fuego bilateral.
La misión de Naciones Unidas en el país que verifica estos mecanismos indicó que la denuncia será procesada de acuerdo con los protocolos y expresó su disposición a colaborar en la resolución de la situación.
Mientras tanto, el gobierno ha desplegado aviones de búsqueda en la región y ofrece una recompensa de 40.000 dólares por información que conduzca al regreso de Díaz.
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